Mabon

El significado de la celebración

Ya hemos hablado de todo lo que la cosecha representa para los pueblos antiguos pero ¿Cómo eso se ve reflejado en un mundo industrializado y cosmopolita? Si vivís en una gran ciudad es entendible que la única conexión con los ciclos estacionales sea a través de parques y bosques urbanos, estamos muy alejados de las actividades rurales y del contacto diario con las cosechas, es por ello que la adaptación contemporánea radica en qué hemos obtenido durante este tiempo. Un análisis de qué hemos hecho para tener lo que tenemos hoy en día. ¿Es suficiente? ¿Me alcanza para sobrevivir el invierno? ¿Estoy conforme con los resultados que fui logrando? Es poner frente a nosotros nuestra cosecha y pesarnos a nosotros mismos. ¿Estamos dónde y cómo queremos estar? Aun nos resta una cosecha más, la de Samhain, en la que no solamente vamos a estar frente a nosotros mismos sino frente a nuestros antepasados, y es a ellos a quienes también deberemos dar explicaciones (además de honrarlos)

Una vez que tenemos medianamente claro lo anterior, es momento de agradecerlo, porque sin la tierra que nos sostiene, las mareas, los amaneces y el vaivén de la luna, ese plato de comida frente a nosotros no existiría. Lo que hayas conseguido, sea mucho, sea poco, te conforme o aun te falte, no es el final, es parte de un camino y una serie de cosechas, ésta es una posta de descanso y celebración, aún queda una cosecha más antes del invierno.

Desde lo espiritual, observamos cómo la tierra se va marchitando, las hojas se vuelven oscuras y caen, comienza el periodo de decaimiento a nuestro alrededor. Empezamos a desprendernos de aquello que ya no podemos seguir cargando. El dios se prepara para morir en Samhain, la Diosa se está convirtiendo en anciana.

Ha comenzado el periodo de realizar todos aquellos trabajos mágicos y actividades introspectivas, aquellos que nos llevarán por el camino del autodescubrimiento y del renacimiento.

La fiesta de Mabon es una fiesta de celebración del equinoccio de otoño. Es una de las grandes fiestas de la cosecha, una de las 4 fiestas principales dentro de la Wicca y el neopaganismo, y celebramos la última cosecha antes de la llegada del invierno. En este momento del año, así como en el equinoccio de primavera, el día y la noche tienen la misma duración, pero la particularidad es que nos estamos inclinando hacia la época oscura del año, la mitad oscura denominada Samonios que dará inicio con Samhain.

Antes de continuar, se debe aclarar que Mabon es el nombre actual de la celebración, se tienen registros históricos y antropológicos de que los pueblos celtas celebraban el equinoccio otoñal, pero el nombre de Mabon fue popularizado dentro de la Wicca. El término fue acuñado por Aidan Kelly, el co-fundador del Covenant of the Goddess. Con esta base, entendemos que el nombre es actual, quizás anecdótico, pero la celebración en sí misma, es algo que existió. Se tiene referencia de los pueblos anglosajones celebrando el haleg-monath, el mes sagrado.

En el hemisferio sur, se celebra el mismo día del equinoccio, o con la luna llena mas cercana al equinoccio. Es cierto que estamos acostumbrados a marcar un día en el calendario gregoriano, el 21 de marzo, pero no hay nada más alejado de la practica natural que imponerle a la naturaleza un número y que se ajuste a nuestra sociedad. Por ello, la práctica frecuente de las celebraciones se realiza en los momentos astronómicos o solares precisos; o siguiendo el movimiento de la luna. Esto recordemos que proviene del calendario de Coligny, el cual tomaba las posiciones del sol y de la luna.

En el hemisferio norte, de donde es originaria la festividad, se celebra en septiembre, alrededor del 23. Nuevamente las fechas son estimativas, ya que tratamos de respetar el ciclo de la tierra, la luna y el sol.

La celebración tiene como deidad principal al mismo dios que le da el nombre actual: Mabon ap Modron (Mabon hijo de la Gran Madre) y es un dios que representa la juventud, la caza y la pesca en Gales. Su equivalente Irlandés seria Angus Mc Og dios de la juventud, belleza, la poesía y como no podía ser de otra manera, del amor. En otras mitologías, se lo ha comparado con Eros y con Apolo.

En algunos lugares he leído que se lo compara o asocia con el dios Cernunnos, aunque la iconografía, y las características de Cernunnos como dios de los bosques, los animales salvajes, la fertilidad y la virilidad, entre otras, hace que su asociación sea, como mínimo, errada.

La celebración a través de la comida

Durante el equinoccio otoñal lo que vamos a celebrar es la segunda cosecha. Es un periodo de cosecha de zapallos, maíz y calabazas, por lo que comidas con estos ingredientes son primordiales en nuestras celebraciones estacionales. También podemos incluir manzanas, nueces, pan, granos, frutas, carnes rojas, pan y galletas de avena.

 

En cuanto a la bebida, los más tradicionales preparamos (o compramos mayormente) hidromiel, pero se puede celebrar con vino, sidra o jugos de frutas rojas.

No es un momento de agotar todas las reservas ni de grandes banquetes, recordemos que, en la antigüedad, contar con una buena cosecha representaba la supervivencia de todo un pueblo. Es un día especial, por lo que pondremos nuestro mayor esfuerzo por preparar nuestro propio pan, hacer unas galletas de avena para compartir o algún postre con manzanas. Si somos carnívoros, prepararemos una cena con carne roja y lo acompañaremos con una buena copa de vino, y siempre agradeciendo por todo lo que a esta altura del año hemos conseguido

La celebración a través de los rituales

Una práctica común es comenzar la celebración con la salida del sol, aunque también por una cuestión de festín sencillo se suele estilar realizarlo por la misma noche del equinoccio.

Los colores predominantes son el rojo, anaranjado, marrón, oro, ocre, amarillo, café, verde, dorado. Los utilizaremos para las decoraciones de nuestros calderos, de nuestra mesa, de adornos colgantes, para vestirnos con ellos o para encender velas de esos colores.

 

Tendremos preparado nuestro sahumador con salvia, incienso puro, canela, ciprés, sándalo, pino, enebro, madreselva, mirra, benjuí, en cualquier combinación que tengamos a mano y en las cantidades que podamos preparar. Recuerden, siempre que sea posible, abrir las ventanas para no ahogarnos y para que lo que deba salir, salga.

Cuidaremos en la decoración y en todo lo que hagamos ese día, que haya un equilibrio en cantidades, en proporciones, en todo lo que sepamos que es posible aplicarlo. Es un día de equilibrio entre luz y oscuridad, entre energías masculinas y femeninas.

Dedicaremos a nuestra deidad masculina de cabecera Mabon, Angus Mc Og, Cernnunos, Thoth, Thor, Baco, Odín, Hermes, y El Hombre Verde; y a nuestra diosa Core, Demeter, Modron, Morrigan, Epona, Rihannon, Perséfone, Pamona y las Musas unas palabras de agradecimiento.

Habremos separado una parte de nuestro festín como ofrenda, o habremos preparado exclusivamente una ofrenda para nuestros dioses, diosas y/o la naturaleza.

Finalmente, cuando hayamos concluido, volveremos a agradecer por nuestra cosecha y despediremos a los dioses

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